Entre sonatas inaudibles y preludios sin fanfarrias de eventos astrológicamente únicos. Entre las vociferaciones de quienes avanzan en su lugar sin moverse y niegan responsabilidad por cada segundo vivido.
Inicie como espectador de encuentros ajenos y así permanecí, sin mas participación que conocer a los artífices. Me limite a verbalizar con la honorable palabra en defensa y sin ataque, porque no es mi papel juzgar. Juzgarte.
Y, aun así me encuentro enredado en artimañas antiguas y no tanto. Que sorpresa!
Que bella sorpresa! No puedo culparte por no poner el pecho desnudo a las balas que escupiste, no es mi papel.
Que bueno que ya no incinero mis propios cuerpos en reacción química emocional estallando en mierda con efecto residual. Testigos mis cartílagos y óseos recursos de mis caprichos con el mundo.
Gracias por empujarme a despojarme de esas peores de mi. Por ayudarme entender que bloquear no es efectivo jamas y que dejar fluir siempre fue natural, si sabes como.
Así, haciendo uso de transmitidos conocimientos deje de ser un soldado sin bastión ni municiones, para solo ser parte de un ejercito que ejerce en el silencio.
Bienvenidos sean los efectos vaticinados por los altísimos seres en servicio. Y es por eso que no afecta en considerables dimensiones ver como CAEN QUIENES TIENEN QUE CAER.
Ha de ser así por el progreso tanto individual como colectivo. Que la Paz sea en el camino que elegiste, que eligieron. Verbo Corazón a todos y buen viaje.
Sin dramas, sin despedidas de esas en escenarios fílmicos ni cielos nublados. Me aburrí y volví a ser HERODES.
Que entienda quien se halle entre mis verbos, que interprete erróneamente aquel lector ajeno a mis versátiles dramaturgos verbales de madrugadas con mal aliento.
Que se caigan quienes tengan que caer.
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