8/20/2013

Dulce aroma a libro viejo

Estoy usando en este momento un perfume que tiene cierta historia, cierta particularidad. Hace mas de diez años que vengo racionando las ultimas gotas porque no quiero perder ese boleto de ida a los recuerdos de aquella primera vez que lo usé. No es un aroma de mis preferidos, de hecho me satura el nazo y es demasiado dulce para mi gusto, suelo empalagarme fácil. Muy fácil.

Y esa noche de estreno aromático fui bastante hijo de puta, un poco traicionero y fui de lo peor por un par de horas, haciendo uso de las sombras proyectadas por la pirotecnia me infiltré donde no debía y me porté mal. Muy mal y conscientemente. Por supuesto y por obviedades me arrepentí cuando ya nada podía hacer y a lo hecho pecho tiene usted derecho de gatillar y vengar, sin embargo son recuerdos colaterales que se filtran del primordial grabado en la memoria al que llego oliendo mi ropa que huele a pasado mezclado con cigarrillos.
Ya casi no me quedan perfumes, ya no tengo ganas de recordar. Y los perfumes nuevos no tienen experiencias memorables para mañana así que serán recursos para esconder el humo nada mas.
Me vestí apurado y me puse la misma ropa. Exprimí el frasquito un poquito mas con extremo cuidado de no sacar mas de lo mínimo necesario, y salí a la calle a paso veloz y musical.

Entre agitaciones del inconsciente no tan inconsciente, mensajes de los seres y momentos de tensión muscular volví a encontrarte... y nacieron de mi esos gestos y arranques de mierda que intento evitar, que intento corregir y que, por mas escofina que aplique florece.... revoleé los puchos pero no patee las sillas, aunque ganas no me faltaron. Que curioso me resulta el cuerpo no físico en el arte de las reacciones. Al sentir el ardor me enojé, al sentir enojo me callé y volví a elegir el silencio como medio de expresión. 
Silencios necesarios y venenosos pero los prefiero a verme vociferando presa de mis instintos de ofender para devolver el golpe tan bien acertado. Pierdo la nobleza con facilidad últimamente, estoy perdiendo la paciencia mas rápido, estoy soñando mas y recordando menos, estoy añorando mas y cada dia hablo menos. Todos sabemos como termina este cuento que no se cuenta, que no se narra ni se cierra con finales felices de vivieron para siempre. Ni juntos ni separados, ni vivos ni muertos.

Alguien arrancó las ultimas paginas del libro dejando del final un misterio, un agujero, una ansiedad.


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