12/06/2013

Inconvenientes espionajes

Me moví en la espesura y frondosa oscuridad como un espía sin hacer sonidos, sin reflejar la luz y manteniendo una distancia segura. Para mi. Permanecí donde nadie podía verme, ahí donde pude documentar mentalmente lo que buscaba y me senté encapuchado y camuflado para fumarme el panorama distante y escénico.
Las fogatas iluminaron el plano, las danzas y el jolgorio hicieron lo que tenían que hacer, las risas y bromas fluyeron entre los personajes que me ignoran y observé. No a todos por supuesto, mi atención tiene nombres y apellido, aunque no suelo usarlos si quiera en mis internos diálogos. 
Protagonista de mis oníricos viajes y persecuciones mortuorias, de mis amaneceres con estertores y miradas perdidas. Emergiste con la simpleza y torpeza que te caracteriza desde siempre y permitiste las alabanzas y honores en tu honor pero nos conocemos demasiado y se que recorriste el lugar con una mirada fugaz y certera esperando encontrar al exiliado... Leí tu ojos y conozco ese gesto que haces después de reír que revela cuan diáfano y pasajero resulta tu festejo. Se escuchan los latidos enclenques desde donde estoy y no puedo hacer nada al respecto porque prometí no volver a corroer. 
Te vi reír y buscar una y otra vez pero no estoy ahí. Aun estoy bajo la cama y en las paredes, en el café y en la respiración circular que intentaste en mi ausencia. Estoy en el silencio que inunda cuando la mañana te abraza y al despertar albergas por un minúsculo momento la esperanza de que yo, asaltado por el insomnio, este tomando mates solo en la oscuridad del comedor.

Existo en muchos mundos de muchas maneras diferentes. Existo donde no me dejaste fallecer y disolverme porque incluso siendo el cáncer de la realidad me aseguré de regar mi esencia por todo el lugar, sobre todo esa que no conozco. Y me llevaste donde te convenía y donde no. Y yo hice exactamente lo mismo, pero de una manera un poco mas obsesiva y enferma, mas desequilibrada y hasta me senté en la frontera en la oscuridad para participar como intruso ilegal en las festividades que no me corresponden.

Me senté cruzando las piernas y respiré suave. Te busqué con mis ojos que no fallan y entoné con Amor una canción deslizándola en el viento, acompañando las notas de los arboles grabé en el tiempo y el espacio un mensaje que llegaría en el momento perfecto. En ese momento en el que vuelvas a hacer silencio honorario. Y se que lo vas a hacer porque ahí es donde existo.

Vuelvo volando en el silencio para no alterar la paz que te circunda, y hablo esta lengua críptica que solo vos y yo conocemos para que nuestros diálogos secretos sean tan secretos como en cada encuentro en la casa de Morfeo.
Voy a ser breve pero eterno.
Voy a pedirte que vuelvas a tomar decisiones de esas que no te gustan, de esas que odias y de cuales escapas cada vez que la ocasión te lo permite. Ya lo has hecho reiteradas ocasiones y, aunque mas de una vez creíste equivocarte, debo silbarte que no existen errores en el camino elegido sin importar cual sea. Son solo percepciones limitadas de un complejo sistema del cual formas parte de muchas formas, en muchos mundos. 
Has hecho muy bien. Lograste perfectamente mas de lo que esperábamos, sin embargo tus auto críticos prejuicios no son compartidos. Liberate de los anacrónicos viajes y vuelve al pasado, vuelve a mi, solo para buscar alguna sonrisa. Es hora.

Aun siento tus dedos aferrándose y tironeando de mi ropa, intentando retrasar mi partida, anclando las agujas del reloj. Y te ruego porque mi existencia es inflamada en cada pensamiento, en cada comparación, en cada duda y en cada recuerdo insano. Haz lo que yo no hice y dame el ejemplo y empujón que necesito para soltar la orilla y ahogarme de una vez por todas entre las olas de ese mar que me aterra y al que entrabamos juntos sin soltarnos las manos.
Ayudame. 

Haz de tus cementerios propios esos jardines que fantaseamos con pequeñas habitaciones y simplezas de todos los días como desayunos de café y cigarrillos.
Levanta los portones de tu salones y que vuelvan los aromas y perfumes que ya no bailan entre las partículas de polvo flotando en el resplandor. Haz abono de cortezas y que los caídos arbóreos sean combustible de la Era que inicias. Sin temor ni castigos levanta tu imperio y reside en él. 

He ofendido a la sinceridad tantas veces que perdi la cuenta y sin verguenzas ni ganas garabateé en las paginas amarillentas heridas en los lazos que, vengo a enterarme ahora, son inquebrantables. No voy a hacer lo mismo que hice tantas veces, en tantos tiempos. Pero tampoco quiero tentar al fracaso porque me conozco y es posible que mañana vuelva a agitar mi mano en el aire como si me creyera el gesto.
No quiero mentir mas, asi que me quedo en silencio y que me juzgue el hijo de puta interno y nadie mas.

Fanfarrias y guirnaldas alborotaban el aire cuando emprendí el viaje de vuelta, a mis espaldas los fuegos artificiales iluminaron las flores y arbustos de ese bosque que adora insultarme. Caminé en silencio externo y con ese gesto que hago cuando intento no hacer ningún gesto. Me duelen las manos y las plantas de los pies, me duele la espalda y las muelas, tengo frío y me olvide donde estoy.
Caí sobre mi propio cuerpo e intente moverme, pero mis extremidades revolucionarias se niegan a obedecer.
Huele a flor, no se cual, porque no es un detalle que pueda recordar muriendo de nuevo... sentí la palma de Su mano sobre mi cabeza en gesto amistoso y mientras me tapaba para que no muera de frío
-Descansa... descansa.- me dijo con su voz cardíaca y me deje morir feliz.

Voy a descansar. Es hora.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bendita sea la narrativa,te invita a transitar sus párrafos atravesando subjetividades.Cada lector se puede apropiar.

Erec Tortle dijo...

Exactamente, si hay algo con lo que me siento cómodo es hablando sin decir nada, sin especificar y que se hallen si pueden/quieren o no :)

Anónimo dijo...

si,se que alguien dijo algo así,como: yo escribo para que atiendan no para que me entiendan con lo que ello signifique y porque si :)